miércoles, 19 de octubre de 2011

TEATRO DEL SIGLO XX


Asume una posición critica frente a la sociedad moderna. Se ocupa del hombre corriente, de su entorno familiar y cultural y de su psicología.
Esta critica asume dos posiciones: una claramente política, donde el teatro se convierte en un medio mas de lucha contra el establecimiento burgués, desempeñando papeles pedagógicos y de formación ideológica.
La otra posición trata de los temas de la incomunicación humana, la futilidad de la existencia, en un teatro en el que además se desmonta la estructura del lenguaje, la lógica y la conciencia convencionales.
Es un teatro de critica a la felicidad y a la comodidad del mundo de vida burgués, a la lógica del mundo capitalista, que pretende hacer creer que es la única opción valida.


 -  El siglo XX no supone una ruptura violenta con la centuria anterior. Echegaray o Galdós triunfan en sus primeras décadas, entre autores que, habiendo estrenado a finales del XIX, presentan ahora sus mejores obras.

    1.-  Entre ellos destaca Jacinto Benavente (Madrid, 1866-1954), autor de unas ciento setenta y dos obras dramáticas. Su vida fue sencilla, con una carrera de Derecho interrumpida y un amor nunca confesado hacia "la bella Géraldine", trapecista inglesa.

   Su Teatro fantástico (1892) se amplió en sucesivas ediciones. Representa una vertiente muy innovadora y poco conocida del autor, que conecta con un teatro simbolista y modernista, basado en la commedia dell'arte, presente en dramaturgos como Valle-Inclán, actor en alguna obra de Benavente.
El nido ajeno (6/10/1894) obtuvo escaso éxito. Presentaba las suspicacias de José Luis al creer que su simpático hermano, Manuel, se entiende con su esposa, María. Manuel deshace las sospechas y señala cómo José reproduce en él los mismos celos que su padre sintió de su mejor amigo. Se despiden los hermanos sin rencor.

   A esta obra siguen otras como Gente conocida (1896) o La comida de las fieras (1898).

   Un teatro distinto llega con La noche del sábado (17/3/1903), comedia de ambiente cosmopolita, en la que exóticos personajes dialogan de modo absurdo y grandilocuente: el príncipe Miguel debe asumir la responsabilidad del trono de Suabia ante la muerte del príncipe Florencio y del niño heredero. Reclama el apoyo de Imperia, que, ante la muerte de su hija, renuncia a la realidad para lograr sus sueños en compañía de Miguel. La obra se enmarca en un teatro simbólico sobre la esencia del arte y su lugar en la realidad.




Serafín y Joaquín
Álvarez Quintero

 










 2.-  Uno de los mayores éxitos teatrales de estos años vino con los hermanos Serafín y Joaquín Álvarez Quintero (1871-1938 y 1873-1944, respectivamente) nacidos en Utrera (Sevilla).

   De 1888 datan los comienzos de su labor dramática, con obras como Las flores (4/12/1901), colección de escenas en torno a una familia andaluza, sus hijas, sus amores y los negocios entre vecinos y amistades.

   El genio alegre (29/9/1906), estrenado en Buenos Aires, refleja la alegría que Consolación trae a casa de doña Sacramento, que culmina al enamorar a Julio, su hijo calavera de genio alegre.

   En 1912 aparece Puebla de las mujeres, estrenada el 17 de Enero, sobre cómo las mujeres de este lugar "encauzan y controlan" el amor del abogado Adolfo por Juanita la Rosa, pese al intento inicial de aquél por mantener su intimidad.




 3.-  Entre los autores más originales de esta etapa se encuentra el alicantino Carlos Arniches (1866-1943).

   Inicialmente vinculado al teatro musical, presenta, con música de Torregrosa, El santo de la Isidra (19/2/1898), donde el apocado Venancio gana el amor de ésta, venciendo las bravatas y amenazas de su antiguo novio, el matón Epifanio.

   De sus, aproximadamente, ciento ochenta y ocho obras, destaca El amigo Melquiades (1914), que representa el desengaño de Nieves, al saber que su pretendiente Serafín vive con Paca la Fiera, de quien tiene cinco hijos. La obra, con música de Valverde y Serrano, presenta ambientes chulescos: viejas adivinas o la propia Paca. Un brillante sentido del humor evita que la obra caiga en el drama.<

   Hacia 1910 suele situarse el declive del sainete, por el escaso interés de sus planteamientos.






Retrato de
Carlos Arniches




  4.-  Diversas tendencias se solapan en este período:

   La baja calidad de muchas obras teatrales y su exclusivo interés crematístico provoca que personalidades de la escena pidan a los poetas textos dramáticos.




Teatro poético es el cultivado por autores como el barcelonés Eduardo Marquina (1879-1946), autor de Las hijas del Cid (5/3/1908), donde recrea el episodio de la afrenta de Corpes. Imagina la muerte de doña Elvira, tras vengar su honra y el compromiso de doña Sol con el rey de Navarra.

   En Flandes se ha puesto el sol (17/12/1909), drama en verso, representa la derrota de don Diego Acuña de Carvajal, esposo de una mujer flamenca, a manos de los soldados de Flandes, derrota que le lleva a refugiarse en su acogedora familia y realizarse al margen de glorias militares.

   La ermita, la fuente y el río (10/2/1927), drama ambientado en estos tres parajes, trata el suicidio por despecho de Deseada, cuando su hermana Lucía recupera el amor de su novio, perdonado por don Lorenzo, al que agredió.    Se ha criticado este teatro por su nacionalismo anacrónico y su escasa adaptación al presente. Arriesga poco en sus planteamientos, pero refleja con acierto la psicología femenina.




Eduardo Marquina





 5.-  La parodia como género encontró su mejor representante en Pedro Muñoz Seca (1881-1936), nacido en Puerto de Santa María y fusilado en la Guerra Civil española.

   En La venganza de don Mendo (1919) satiriza el drama romántico: presenta a don Mendo, que, sorprendido en casa de Magdalena, admite ser un ladrón para salvar la honra de ésta, que, impasible, se casa con don Pero de Toro. Liberado de prisión y acompañado de la mora Azofaifa, don Mendo planea su venganza, bajo la identidad del trovador Renato. Varias infidelidades reúnen al rey Alfonso, enamorado de Magdalena; a Magdalena, enamorada de Renato, a quien también persigue la reina Berenguela, y a Renato mismo, a un lugar donde los sorprende Nuño, padre de Magdalena y Pero, su marido. Don Pero se da la muerte, el rey mata a don Nuño, Azofaifa a Magdalena, y don Mendo a Azofaifa para suicidarse, cerrando la obra.



Ilustración de Enrique Herreros en la cubierta
de La venganza de don Mendo